La moda en nuestro país está centralizada en estereotipos globales, los cuales, llegan a nosotros de manera masiva por medio de redes sociales o programas televisivos donde se publicitan ciertos estilos de vida, pero… ¿qué pasaría si México fuera reconocido a nivel internacional como líder productor de moda e identidad?
Lolkina, es una marca 100% mexicana que impulsa la moda con concepto artesanal e insumos de alta calidad con el toque perfecto de la mano de obra de talentosas mujeres yucatecas y que tiene como visión, posicionarse a nivel nacional e internacional como la marca de labor social con productos únicos de alta calidad, inspirados en las culturas tradicionales mexicanas, cuidando y controlando los estándares de calidad mediante una organización estructurada y justa práctica comercial.
Lolkina produce y comercializa joyería, calzado, libretas, chalecos y cosmetiqueras que llevan el sello distintivo de lo artesanal, sin embargo, cada pieza representa parte del arte mexicano y el talento de grandes mujeres.
Además de brindarnos productos únicos e innovadores, Lolkina fomenta el desarrollo económico y social de mujeres indígenas promoviendo empleos e impulsando una idea innovadora en el mundo de la moda: productos contemporáneos con un toque de cultura e identidad.


Más allá de un accesorio
La moda comercial nos ofrece producciones masivas y en algunas ocasiones también de mala calidad, ya que algunas marcas extranjeras generan “moda rápida” a un bajo costo cubriendo una necesidad ocasional.
¿Te has preguntado cuándo pasa de moda la tradición y la cultura?
Este es el legado de una marca que ofrece pequeñas piezas de arte en un accesorio, una marca que concentra el sentimiento reflejado en colores, en formas y tamaños, una marca que pone una parte de México en un producto que refleja tradición y por supuesto, mucho color.
Más que un concepto, una obra de arte.
Contexto
La marca nace de la amistad de la diseñadora Marisol Martínez y la artesana yucateca María Félix, quienes se conocieron en 2010 mientras Marisol realizaba su servicio social. La diseñadora vio en el trabajo de María Félix mucho talento y gracias a la confianza que había entre ellas, la artesana le propuso a Marisol trabajar en conjunto para dar a conocer sus productos en la Ciudad de México. Así fue como en octubre de 2013, se formaliza la marca.
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